En el "verano del amor" de 1967, los hippies y hippas (como indica el instructor de policías de Capusotto), hacían cola en los baños químicos, ansiosos por ver a un tal Hendrix. Y Quedaron poseídos cuando Jimi incineró su guitarra ofreciéndola a los dioses del Olimpo. Pero el Festival Pop de Monterrey también mostró a una pichona Janis Joplin que subía al escenario a hacerles el amor a todos, y con Otis Redding el soul dejaba al público blanco rendido a sus pies. La cuota de folk eléctrico la pusieron los Byrds, con el guiño del padrino Bob Dylan, y el gurú de la cítara, Ravi Shankar, cobró un suculento cheque por tocar. Pero basta de preámbulos y vamos a los bifes, diría un carnicero...
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